La quinta gama ha ganado terreno en la industria de la hostelería, pero ¿es realmente un avance culinario o una disminución en la calidad gastronómica? En este artículo, hablamos de sus beneficios, pero también exploraremos críticamente los aspectos negativos detrás de la quinta gama y cuestionaremos su impacto en la experiencia culinaria.
¿Qué es la quinta gama?
La quinta gama se refiere a alimentos frescos que han sido procesados y envasados para su posterior uso en la cocina. Su objetivo está dirigido a procesarlos y envarsarlos de manera cuidadosa para mantener su sabor, textura y propiedades nutritivas. En teoría, los productos de quinta gama deben ser cortados, pelados y cocinados en su punto óptimo de frescura antes de ser envasados al vacío o en atmósfera controlada. Esto garantiza una vida útil más larga sin necesidad de añadir conservantes artificiales.
Aunque se promociona como una forma de preservar la calidad y el sabor de los ingredientes, hay ciertos aspectos que plantean preocupaciones sobre su verdadera naturaleza. Por ejemplo, en un contexto en el que el coste es tan importante, ¿cómo se puede saber si realmente se ha seguido este proceso eligiendo las mejores materias primas? Si se pierde y homogeneiza el sabor, ¿cómo podemos comprobar que los ingredientes utilizados se encontraban en su punto óptimo?
Estas son algunas de las cuestiones que muchos chefs, incluidos los usuarios de Recipok, se hacen en defensa de su trabajo.Al final el problema es siempre el mismo: al añadir un proceso productivo industrial no disponemos de toda la información. Evidentemete es posible saber qué ingredientes se han utilizado, a qué temperaturas se han sometido y cómo se han envasado. Pero un chef sabe que elaborar un plato tiene mucho más detrás. Y, por esa misma razón, existen preparaciones de quinta gama de grandísima calidad, y otras que no lo son tanto.
Por cierto, un secreto que no se dice por su connotación negativa: la quinta gama es un eufemismo para plato preparado. Descubrir qué preparaciones de quinta gama son buenas y cuáles no es, también, un asunto de gran importancia para quienes las utilizan para dar un servicio rápido y de calidad a sus clientes.
¿Cuáles son los beneficios de la quinta gama?
La quinta gama ofrece una serie de beneficios tanto para los restaurantes como para los comensales. En primer lugar, permite a los establecimientos ofrecer una variedad de platos elaborados con ingredientes frescos y de calidad durante todo el año, incluso cuando estos no están en temporada. Esto se traduce en una mayor flexibilidad para los chefs a la hora de diseñar sus menús y una mayor satisfacción para los clientes, que podrán disfrutar de sus platos favoritos en cualquier momento.
Sin embargo, es importante analizar críticamente estas afirmaciones, sobre todo si estamos valorando introducir la quinta gama en nuestros menús. En primer lugar, ofrecer platos de ingredientes fuera de temporada significa que estos se procesan y mantienen durante largos períodos, lo que puede afectar su frescura y sabor original.
Por último, se argumenta que la quinta gama reduce el desperdicio de alimentos y, por tanto, las mermas. Esto es muy beneficioso tanto para el medio ambiente como para la rentabilidad de los propios locales.
No obstante, también es importante considerar que este enfoque se basa en la producción en masa y el uso de técnicas de conservación que pueden comprometer la calidad y los valores nutricionales de los alimentos. Además, en dicha conservación se incluye el uso de plástico en grandes cantidades, por lo que el beneficio medioambiental se reduce. No obstante, existen algunos proveedores de quinta gama que se preocupan por estos extremos, algo que debe reconocerse cuando se lleva a cabo.
Yo produzco quinta gama y creo que doy un servicio de calidad
¡Por supuesto! Existen muchos proveedores de quinta gama que ofrecen platos y preparaciones de una calidad extraordinaria. ¿Qué es lo más importante para que la quinta gama no sea un lastre para lo tradicional?
- Debe ser una ayuda para el chef, no un sustituto.
- Debe ser transparente. Es decir, transmitir correctamente y de manera completa cuál ha sido el proceso de elaboración, los ingredientes utilizados (no solo el ingrediente en sí, sino información adicional como de dónde se ha obtenido, qué parte del mismo se ha utilizado, etc.).
- Debe utilizar un etiquetado de grandísima calidad que ofrezca toda la información necesaria. En este sentido, Recipok se ha posicionado como uno de los mayores aliados para los proveedores de quinta gama, porque les ayuda a ofrecer el mejor servicio.
- Debe facilitar la trazabilidad con precisión y sin ningún tipo de duda. Debemos tener en cuenta que la quinta gama traslada determinadas obligaciones al proveedor de estos platos preparados, por lo que es muy importante cumplir este extremo. Recipok puede ser un apoyo indispensable para lograr este estándar.
- El proveedor de quinta gama debe ser más consciente que ningún otro del sector de sus costes. Y esto es así porque debe lograr un euqilibrio muy difícil: dar un plato de calidad sin perder dinero. Un estudio de escandallaje pormenorizado que incluya todos los costes directos e indirectos es crucial para no fallar y optimizar la rentabilidad.
Si produces quinta gama diferénciate de tu competencia y ofrece el mejor producto posible, tanto en procesos como en ingredientes. Así lograrás salir de esta idea preconcebida de mala calidad y de ataque al chef profesional.
¿Por qué se está hablando tanto de la quinta gama en la hostelería?
La creciente popularidad de la quinta gama en la hostelería puede atribuirse a una búsqueda de eficiencia y conveniencia. En un mundo cada vez más rápido, donde la demanda de platos rápidos y fáciles sigue creciendo, algunos establecimientos pueden verse tentados a optar por la quinta gama como una solución para acelerar los procesos y reducir los costos de producción.
Sin embargo, esta tendencia plantea la cuestión de si la comodidad y la eficiencia deberían primar sobre la calidad y la autenticidad en la experiencia culinaria. No olvidemos que la quinta gama no requiere de grandes dotes culinarias; cualquier chef puede seguir los pasos para obtener un plato con un aspecto y sabor homogéneos.
En general, los platos de quinta gama se convierten en una opción ideal para eventos, banquetes o servicios de catering, donde la eficiencia y la calidad son fundamentales, así como para apoyar al chef tradicional. Además, también puede llegar a ser útil en cocinas para lograr un complemento o ayuda en la elaboración de determinadas recetas. El problema viene cuando la quinta gama forma parte de las elaboraciones principales.
En Recipok ya hablamos sobre el uso de mixes, sus beneficios e inconvenientes. Mucho de lo que tratamos en aquel artículo es de aplicación en el caso de la quinta gama.
¿Por qué la quinta gama puede afectar negativamente la calidad de la cocina?
La quinta gama, en muchos casos, no puede igualar la calidad de los platos preparados de forma tradicional por chefs profesionales. Aunque se afirma que los productos de quinta gama conservan su calidad y sabor originales, la realidad es que el procesamiento y envasado prolongado pueden afectar la textura, el aroma y la frescura de los ingredientes.
Además, la quinta gama puede llevar a la estandarización de los platos, lo que resulta en una falta de originalidad y personalidad en la oferta culinaria. La habilidad y la creatividad de los chefs se ven limitadas al tener que depender en gran medida de ingredientes preelaborados, lo que reduce la capacidad de crear platos únicos y emocionantes.
Cambiando a un enfoque positivo, la quinta gama puede ser considerada como una herramienta más en el arsenal de un chef, siempre que no sustituya su conocimiento, experiencia y pasión por la cocina. Si utilizan elementos de la quinta gama, los chefs profesionales deben ser capaces de aportar un toque personal a cada plato, combinando ingredientes de quinta gama con otros elementos frescos para crear productos con una calidad más elevada.
¿Puede un cliente identificar cuándo un plato procede de quinta gama?
En muchos casos, los clientes pueden tener dificultades para identificar si un plato proviene de la quinta gama o ha sido elaborado de forma tradicional. Esto se debe a los avances en técnicas de procesamiento y envasado que intentan mantener la apariencia y el sabor originales de los ingredientes.
Sin embargo, es importante destacar que la transparencia en la información es fundamental. Los establecimientos deben proporcionar a los comensales la información adecuada sobre los ingredientes y los métodos de preparación utilizados, para que puedan tomar decisiones informadas sobre su experiencia gastronómica.
En general, la quinta gama puede ser positiva si se utiliza con cabeza, o para complementar un trabajo artesanal de calidad.
¿Cómo podemos evitar que la quinta gama afecte a los chefs tradicionales?
La única manera es sabiendo comunicar lo que hacemos. En el etiquetado de nuestros productos (¿sabías que el etiquetado de tus productos afecta, y mucho, a tus ventas?), en los soportes de nuestras elaboraciones, en nuestras páginas web, en los correos electrónicos que mandemos a nuestros clientes para fidelizarlos… En todos nuestros canales tenemos que ser capaces de transmitir por qué nuestros platos y elaboraciones son artesanales, y por qué son mejores que los de la competencia. Por qué nuestros platos no saben siempre exactamente igual, y por qué no son durante todo el año los mismos al existir ingredientes de temporada. Y, si utilizamos quinta gama, que sea como apoyo para lograr esta excelencia que se nos exige.
Quinta gama contra chefs artesanales: el gran dilema
Aunque la quinta gama se ha convertido en una tendencia en la hostelería, su impacto en la calidad culinaria y la autenticidad es motivo de preocupación. La comodidad y la eficiencia no deben primar sobre la calidad y la creatividad en la cocina. Los chefs profesionales, con su conocimiento y pasión, son los encargados de crear experiencias gastronómicas excepcionales que no pueden ser reemplazadas por productos de quinta gama. La calidad y la autenticidad deben ser los pilares fundamentales de la hostelería, asegurando que los comensales disfruten de platos excepcionales en lugar de meras conveniencias cuestionables.